El Miserias Ortiz

Está acogido en casa de Mónica

Miserias no nació en la calle, tuvo otra vida y otro nombre. Viene de la costa levantina. Los que conocían al gatete recuerdan cómo hace un par de años alguien lo dejó en el puerto donde vivía una colonia de gatos. Siendo un cachorro acostumbrado a las personas, se acercaba a las mesas de los restaurantes que había en el puerto a pedir los restos de comida, pero en unos meses el gatito naranja se infestó de todo tipo de parásitos. De tanto rascarse se quedo en muchas zonas sin pelo y se llenó de heridas que sangraban continuamente por lo que le pusieron el sobrenombre de "el Miserias". 

Miserias aprendió rápido; si se acercaba a las mesas con su aspecto lo único que podía ganarse era un puntapié, por ello el gatillo cambió su hábito y solo acudía por las noches cuando los restaurantes cerraban. Los empleados que le alimentaban le llamaban por su sobrenombre, y, "Miserias" acudía. Así le conocimos. 

Las heridas han tardado mucho tiempo en curar y cicatrizar. También le ha costado recuperar la confianza, pero ya está preparado para tener una familia que quiera darle una nueva vida ....y un nombre nuevo.

Ya está castrado y vacunado.

Test FELV-FIV negativo.