Zoqueta

Soy ZOQUETA y junto a mi hermana CORVELLA nos abandonaron a los pocos meses de nacer en medio de un coto de caza. Para colmo a una de nosotras nos habían dejado puesta una cadena muy gorda como collar con el peligro de que tenía que crecer unos 30 kilos más y podía haber muerto asfixiada. Una voluntaria de ALBA nos descubrió una mañana de verano a plena solanera, y en medio de un sembrado. Estábamos muertas de sed. Menos mal que cuando nos llamó fuimos hacia ella atravesando el sembrado y cuerpo a tierra ya que ambas somos muy sumisas. El problema vino cuando nos puso dos correas alrededor del cuello. Nunca habíamos llevado una correa y nos pusimos como locas las dos a gritar, tirar e incluso soltar bocados. Menos mal que la voluntaria mantuvo el tipo y no nos soltó y sujetó las correas fuerte hasta que nosotras acabamos sin aliento y tumbadas. Fue entonces cuando, como pudo, porque ya pesábamos 20 kilos, nos llevo a las dos, cada una debajo de un brazo, hasta el coche y nos subió a el. Íbamos llenas de pulgas y garrapatas. Hemos pasado la cuarentena y hemos aprendido a andar con la correa. Ya no nos ponemos como poseídas, todo lo contrario. Ahora convivimos en un recinto con nuestros compañeros grandullones PERCIVAL e IGRAINE. Nos llevamos genial y no paramos de jugar. Ah! nos encanta la gente, los pequeños humanos también y nos encantan los mimos. 

Ya está castrada. Analítica de leishmania negativa, ehrlichia positiva de la que ha sido tratada.