Villana

Su historia

Durante semanas me veían corriendo por las carreteras y calles de un pueblo de Madrid. Estaba muy asustada y no paraba de correr. Fueron muchas las veces que avisaron a los voluntarios de ALBA que cuando llegaban o yo ya no estaba, o no me dejaba coger. Empezaron a ponerme puntos de comida en distintos sitios. Temían por mi vida porque no paraba de cruzar una carretera muy peligrosa. Un día me quedé enganchado con una cuerda que llevaba colgando del cuello en la mediana de una carretera. Los coches frenaron bruscamente y casi me atropellan. El segundo coche que frenó se paró y el señor bajó para ayudarme. Me estuvo ofreciendo un bocata de salchichón que llevaba para que yo perdiese el miedo y era tal el hambre que tenía que al final me acabó convenciendo. Me pudo soltar de la mediana y me llevó a un lugar seguro hasta que llegaron los voluntarios de ALBA. Cuando entré en el albergue estaba muy delgada y asustada pero me he ido recuperando y he ido cogiendo confianza con las personas. ¿Puedes ayudarme a acabar de superar mis miedos? Me llevo estupendamente con otros perros.

Ya está castrada. Analítica de leishmania dudosa, según analíticas generales no hay sospecha de ehrlichia.

Los voluntarios nos comentan de su primera salida tras la cuarentena:

Se deja poner el arnés sin problema. Pasea con la correa muy bien, caminó junto a otro perro y tiraba muy poco. Esta perrita en general es muy sociable con otros perros, también sociable con personas. Se dejó bañar sin problemas.