Su historia

Me llamo EDMUNDO y me debí de criar en una finca con más animales y lejos del contacto con los humanos. Para colmo fue un humano el que me metió en una jaula de barrotes muy pequeña y me dejó en medio de un campo, en una zona donde generalmente no pasaba nadie. Su idea era que yo no sobreviviese. Llevaba tantos días allí metido que casi no podía ponerme en pie, cuando apareció un señor paseando a su perro. Este señor avisó a la policía y vinieron los voluntarios de ALBA para llevarme a su albergue.

Llevo viviendo en el albergue muchos años. No me fío mucho de la gente y, conociendo mi historia, ya te puedes imaginar cuál es el motivo. Me dejan vivir en la oficina y me llevo genial con otros perros. Entro y salgo de la oficina cuando me apetece. Lo malo es que no acabo de disfrutar con las caricias de los humanos y no me gusta que me toquen.

Me ayudas a superar mi trauma?

Edmundo ya está castrado. Negativo de leishmania y ehrlichia.