Su historia

Cuando una voluntaria viajó a Andalucía a un evento familiar pasó por una gasolinera de Jaén donde vivían Bailena y un mastín que todavía no se ha podido capturar. Se interesó por ellos y contactó con una chica que se ocupaba de llevarles comida, pero no podía acogerlos.

De vuelta a Madrid pararon y con ayuda de esa chica consiguieron coger a Bailena, no le hizo mucha gracia porque los perros que viven sin familia, son desconfiados, pero tras unos días en nuestro albergue, cuando vas a su chenil, se acerca a la puerta, está deseando ser querida y mimada.

Pronto acabará su cuarentena y podremos ampliar datos de su carácter.

Ya está castrada. Analítica de leishmania negativa.