Hoy quiero dedicar el post a todas aquellas personas que se encargan de los gatos callejeros y de la gran responsabilidad que llevan a sus espaldas. Lo que no hacen los ayuntamientos y demás instituciones lo hacen personas de la calle como tú y como yo. Ole por ellos.
Mi conversión en animalista empezó hace casi tres años, siempre me gustaron los animales pero no era consciente del problema y no se me había ocurrido ir a una protectora antes. Desde entonces he ido metiéndome cada vez más en este mundo que me apasiona tanto como a veces me espeluzna. Sin darme cuenta, se ha convertido en una de las cosas más importantes de mi vida. Todo el esfuerzo merece la pena, por ellos y por la gente que he ido conociendo y que piensa de la misma forma que yo. Me gustan los animales pero he de confesar que mi debilidad son los perros, siento una especial sensibilidad hacia ellos. En ALBA tenemos muchos animales y poco a poco he ido desarrollando más sensibilidad hacia todos ellos. Hoy quiero hablaros de los gatos y del profundo respeto y admiración que me infunden estos animales y, sobre todo, las personas que se ocupan de los que viven en la calle.
Hace unas semanas iba paseando con mi perro y apareció una gata que empezó a restregarse con Bastian y a hacer “la croqueta”. Me dio mucha pena porque no me parecía que fuera de ninguna de las colonias que hay en mi barrio. Intenté cogerla pero cualquiera que lo haya intentado sabrá que sin jaula trampa es imposible porque son muy listos, pero mucho. Pedí ayuda en ALBA y como siempre, estuvieron conmigo para intentar cogerla y castrarla. Al día siguiente lo intenté y cuando estaba colocando una jaula apareció una mujer. Pensé que sería de esta gente que te abronca por hacer lo que es una responsabilidad de todos: cuidar a los gatos de la calle. Pero no, era una de las personas que cuidan de esa colonia, se llama Marisa y junto a su pareja Juan han sido los ángeles de la guarda tanto de esta gata como de otros siete que forman la colonia.
Así comenzó la historia que hoy culmina con casi toda la colonia controlada y con dos nuevos amigos en la mochila. Fuimos cogiéndolos poco a poco y castrándolos para evitar camadas indeseadas. De los ocho gatos, siete son hembras. Imaginaros lo que puede ser esto en unos meses. Por desgracia, la presencia de estos peludos molesta a mucha gente y en otras ocasiones los han envenenado o llamado a la perrera. Pues con paciencia y mucha ilusión está casi todo el trabajo hecho. Nos queda una gatita que estaba embarazada y ha parido. Ahora toca ver si encontramos dónde lo ha hecho y si podemos ayudar también a sus cachorros encontrándoles un hogar. Además, tres de ellos se muestran muy sociables y vamos a intentar encontrarles el hogar que merecen y, quien sabe, igual poco a poco los sacamos a todos y, los que no se adapten a vivir en un sitio cerrado, estarán en la calle sanos y cuidados pues entre los tres vamos a cuidar de ellos de la mejor forma que podamos.
Y con esta pequeña historia quiero aprovechar para hablar sobre las personas que se ocupan de los gatos de la calle, los gatos de todos a fin de cuentas. Estas personas se responsabilizan de los animales hasta puntos insospechados. La gente se cree que los gatos consiguen comida y bebida de cualquier sitio, como si hubiera alguna especie de autoservicio pero nada más lejos de la realidad. En la ciudad están vendidos, no es fácil encontrar el sustento y un sitio donde vivir y no morir congelados de frío. Además, como animales que viven en grupo tienen sus rifirrafes por el territorio, el alimento o las hembras. Ley de vida. Cuando uno cae enfermo, si nadie les atiende mueren de cualquier tontería y se lo contagian a sus congéneres. Pero esto es totalmente evitable, con la ayuda de todos claro.
Los cuidadores de colonias alimentan y dan de beber a los animales TODOS los días. Se encargan de que tengan sus cacharritos con pienso de tal manera que no ensucien al comer y no se quejen con ello los vecinos. Cierto es que hay gente para todo y que algunas personas les cuidan pero no lo hacen bien y luego el vecindario se pone de uñas. En fin, volviendo a lo de todos los días, es que muchos no se van de vacaciones o de puente porque no tienen a quién dejar al cargo y si no van ellos sus animales no comen y digo sus animales porque los sienten como suyos. Yo acabo de empezar en esto y ya los siento casi míos. Paseo por donde están y les busco para ver si están bien. En mi caso debo decir que Juan y Marisa se encargan de su alimentación y están encantados con ello, ya les he dicho que estoy para lo que necesiten tanto gastos como participar en ponerles el sustento.
Aparte de alimentarles se encargan de castrarles poco a poco y de su dinero. Y si alguno enferma, lo cogen y lo curan. Son ángeles en la tierra y se merecen el respeto y admiración de todos los ciudadanos porque se encargan de algo que es una responsabilidad de todo o ¿cómo se cree la gente que llegan los gatos a la calle? Pues a partir de abandonos y luego procreaciones. Los gatos no crecen en los árboles. Desde que estoy con la colonia he tenido que discutir con un montón de gente que te dice que les dejes de dar de comer para que se vayan. ¿A dónde? ¿Por qué? ¿Acaso la calle es sólo de las personas? Es de todos y los gatos tienen derecho a estar ahí y es una verdadera vergüenza que los ayuntamientos, en lugar de colaborar, sólo vayan a recoger para llevarlos a las perreras y eutanasiarlos porque es lo que pasa la mayoría de las veces. Y también estoy harta de escuchar lo de que traen enfermedades. ¿De dónde? ¿Del espacio exterior? Hay que informarse un poco señores y ser conscientes de la realidad. Las personas también transmiten enfermedades y cosas peores y no por eso las sacrificamos aunque a muchas de ellas a veces creo que debería hacerse, se acabaría con el problema del paro entre otros muchos.
En fin que me caliento pero esta nueva experiencia me ha hecho ver de cerca y de forma prolongada lo mezquina y cretina que puede llegar a ser la gente. Así que VIVAN LOS CUIDADORES DE LAS COLONIAS y muchas gracias por hacer lo que hacéis. Tenéis mi respeto y admiración además de mi agradecimiento por vuestra labor.
Patricia Vadillo.
Aparte de compartir TODO, ABSOLUTAMENTE TODO lo que dices, puedo pasarte mi correo particular, Patri, para que puedas desahogarte cuando te calientes ()ya habrás visto que yo no me corto un pelo) puedas desahogarte. porque esa gente que se queja de los gatos, mañana se quejaría de las cucarachas, pasado de las ratas, y así hasta que solo quedaran los «presuntos» seres humanos… y sin animales, parte fundamental de la biodiversidad, la vegetación se acabaría mucho más deprisa. Después, y sin oxígeno, ¿de qué se quejarían?… Inconsciencia, analfabetismo, no sé, pero esas «personas» desde luego, adolecen de, sobre todo, SENTIDO COMÚN.
Gracias por tu ofrecimiento ya sabes que lo valoro mucho. La verdad que mediante el blog se me quitan muchas penas porque sé que lo leen personas como tú. Un abrazo.
Perdón por los fallos del mensaje anterior, pero Willow reclama mis servicios (es la hora del sobe) y, ya se sabe, las prisas…
Gracias Patricia por tus palabras de aliento y compresión tan necesarias para sobrellevar esta injusticia y falta de humanidad que existe en el mundo , a veces te sientes como «una pequeña loca» como te llaman muchos familiares , amigos y conocidos , pero luego les miras a ellos, tan indefensos y necesitados de tu ayuda que se me olvidan las palabras.
Efectivamente los gatos / perros callejeros no nacen de las piedras, árboles o plantas , nacen de la irresponsabilidad nuestra , del abandono , y sin esterilizar lo que ocurre en la calle es que muchos asumimos lo que otros generan limpiándose las manos y la conciencia pensando sobre todo de los gatos que saben sobrevivir , se nota esa falta de empatía sobre ellos solo tendrían que abrir los ojos y ver su cruda realidad.
Mi amor por los gatos nace desde mi mas tierna infancia ,, bien pequeñas al salir el colegio mi hermana y yo corríamos hacia la playa para recoger sacos llenos de gatitos que tiraban en las rocas esperando que subiera la marea para ahogarlos , los llevábamos a una nave que tenían mis padres y allí intentamos que sobrevivieran .
Es una tarea sin fin , las leyes son blandas o inexistentes en el caso de abandono, o maltrato , los primeros pasos para mejorar esta situación es con leyes de protección animal duras, los mal llamados humanos creemos que este mundo solo nos pertenece a nosotros y no damos ni un mínimo respiro a otro ser vivo que tiene los mismos derechos que nosotros a ser libres, respetados, cuidados y amados.
«A veces me preguntan: ¿Por qué inviertes todo ese tiempo y dinero hablando de la amabilidad para con los animales cuando existe tanta crueldad hacia el hombre?. A lo que yo respondo: Estoy trabajando en las raíces». (George T. Angell)
La parte más gratificante de toda esta crueldad es cuando vas conociendo personas que tienen tus mismos valores de respeto por toda la diversidad de vida del planeta , gracias Patricia por toda la ayuda y compromiso que tienes con los animales
De acuerdo con Patricia y Ängel…..me ha gustado mucho…dura labor, si. Y lo peor de esta dedicación es tener que ir a escondidas como ladrones por miedo a los ataques de algunas personas ya que aunque les des toda clase de argumentos, no razonan…..y no merecen la pena en absoluto….