Simpathy, la abuelita ciega que querían sacrificar, pero que al final conseguimos que nos devolvieran, ahora se llama Sissy, como la princesa. Viajó a Alemania, donde fue adoptada (ahora vive en Austria), y esto es lo que nos cuenta de ella su nueva familia.
El que alguien cuide con tanto mimo lo que otros consideraron un desecho, nos devuelve la fe en el ser humano. Muchas gracias por dar segundas… o terceras oportunidades <3
Sissy poco a poco se va acostumbrando a nosotros y hacemos todo lo posible para que esté a gusto con nosotros. Ya se conoce todo el funcionamiento en su «reino». Por la mañana le hace mucha ilusión tomarse sus medicinas metidas en paté y luego su comida. Le encanta dar vueltas por el jardín olisqueando y también le gustan cortos paseos. Pero lo que más le gusta es el calorcito. Le encantan sus abriguitos y también le gusta que la tapemos por la noche con una manta, a pesar de tener la calefacción puesta. Sus orejas siempre están frías. Pero el «summum» son las radiaciones con la lámpara de infrarrojo que la hacen casi roncar del gusto….Mete su cabeza en nuestras manos y ya no se asusta cuando vamos a acariciarla.
El sábado es el día de la fisioterapia para Sissy. También hay tratamiento con láser, movilización de la columna vertebral e intentar aflojar un poco sus músculos contraídos. Hemos visto que le duele mucho la espalda por lo que el tratamiento le daba miedo, pero la pudimos convencer con quesitos y nos da la impresión que ha ganado algo de movilidad y, además, ahora mueve el rabo con mucha energía.
Simpathy, Sissi, ha vuelto a nacer. Muchas gracias a todos los que os interesasteis por ella, y por supuesto a los que han hecho posible este milagro.