Los hermanos SONG perdieron a su madre siendo muy pequeños y se quedaron desamparados. Una vecina se percató y dio la alarma para que fuéramos a ayudarles. No todos lo consiguieron pero gracias a esta vecina se salvaron cuatro.
Hoy queríamos contaros la historia de la Camada SONG y de cómo los supervivientes están en este mundo casi de milagro. Primero dejaré que estos pequeñajos os cuenten su historia para luego hacer una reflexión sobre los gatos que viven en nuestras calles y sobre cómo estar atenta a los mismos puede salvarles la vida.
“Somos la camada SONG y vivíamos en los alrededores de un chalet en un municipio donde ALBA lleva la recogida de animales abandonados. Desgraciadamente nuestra madre sufrió un accidente, fue atropellada por un coche y nos quedamos huérfanos. Éramos 7 hermanos y no sabíamos buscarnos la vida.
Pasamos muchos días sin comer hasta que la señora del chalet junto al que vivíamos se dio cuenta de que hacía días que no veía a nuestra madre y fue corriendo a comprarnos algo de comer y avisó a la policía. Vino corriendo una voluntaria de ALBA pero cuando llegó se encontró a uno de nosotros muerto detrás de un tiesto y otros dos de nosotros murieron esa noche cuando intentaban sacarnos adelante con el suero. Habíamos pasado muchos días sin comer y sin beber. Afortunadamente los 4 que quedamos ahora hemos pasado el peligro y además vivimos en una casa de acogida que nos cuida muy bien. Ya estamos poniéndonos fuertes y jugamos sin parar. Venga decídete…. ¿a cuales de nosotros vas a adoptar? Lo ideal sería que nos adoptases de dos en dos para que nos hagamos compañía y podamos jugar y disfrutar de un amigo y un hermano. ¿A qué esperas? Somos DO, RE, MI y FA.”
Pues eso, salvados por la campana. Tuvieron la suerte de que esta persona se dio cuenta de que hacía muchos días que no veía a su madre y por eso se salvaron. Por eso y porque dieron el aviso y acudimos al rescate. Obviamente no siempre podemos ayudar a todos (ya quisiéramos) y tampoco siempre llegamos a tiempo por muchas cosas. Pero siempre que podemos echamos una mano y por eso vamos a difundir a estos pequeñajos para que encuentren un hogar.
A veces no cuesta nada echar un ojo a los gatos que viven en la colonia de tu barrio. No cuesta nada pasar por allí y mirarles, que no verles. Prestarles atención, ver si alguno está malherido o su una mamá no aparece hace mucho y sus pequeños pasan hambre. En estos casos hay que buscar una solución pues ellos lo merecen. ALBA intenta ayudar siempre que puede pero si no llegamos, tú puedes marcar la diferencia para esos animales.
Así que anímate y ven a conocerles. Y si no puedes adoptarlos piensa en la gran cantidad de opciones que hay para ayudarles: ser socio, voluntario, apadrinar, ser casa de acogida, difundir…cualquier ayuda es muy valiosa.
Carolina Corral y Patricia Vadillo.