El domingo, 29 de marzo del 2009, en el albergue de ALBA tuvo lugar un acontecimiento muy especial. Gracias a la colaboración completamente desinteresada de más de 10 veterinarios y otros tantos auxiliares y con la ayuda de nuestros voluntarios, llegamos a castrar a 118 gatos, de los cuales 62 eran hembras, muchas de ellas preñadas.
Desde hace mucho tiempo, el problema de la superpoblación felina en las calles de Madrid era una de las mayores preocupaciones de nuestra asociación. Así que, hartos de ver el exterminio del que están siendo objeto estos gatos, nos pusimos manos a la obra para organizar estas jornadas.
El domingo por la mañana acudieron muchas personas con los gatos capturados con jaula trampa, procedentes de más de 15 colonias felinas de Madrid y alrededores.
Los gatos fueron recepcionados por voluntarios de ALBA que les abrieron a cada uno una ficha con todos su datos y les proporcionaron un número a cada uno. Posteriormente, pasaban por las manos de distintos veterinarios que les anestesiaban, les hicieron test de leucemia e inmunodeficiencia y les castraban, marcándoles la oreja para después poder distinguirles de los demás gatos aun no controlados de su colonia.
Fue impresionante ver con qué entusiasmo trabajaban veterinarios y auxiliares de forma altruista y con el único fin de conseguir esterilizar el mayor número de animales posibles y de esta manera evitar que naciesen animales que estaban destinados a malvivir en la calle y a morir de hambre, sed o atropellados, entre otras causas.
Por la tarde, los gatos fueron devueltos a sus cuidadores quienes, en la mayoría de los casos, no les soltaron hasta el día siguiente para que se recuperasen mejor.
Distintos profesionales de la investigación tomaron muestras para el estudio de las enfermedades que afectan a la población felina y de esta manera contribuir al descubrimiento de nuevas vacunas o tratamientos.
Aparte del control sanitario de las colonias, nuestro objetivo es también conseguir concienciar a la población madrileña de que las colonias felinas controladas son beneficiosas para el entorno ya que evitan la aparición de ratones y ratas siendo el mejor desratizador ecológico.
ALBA, con esta actuación, ha querido sentar precedente para que esta experiencia sea repetida por otros colectivos relacionados con la protección animal.
