Muchos son los animales que pasan por ALBA. Todos son especiales pero algunos dejan una huella más profunda porque su oportunidad tarda mucho en llegar o porque están muy enfermos o mayores. ERNIESTO tiene un poco de todo, pero de lo que más tiene, sin duda alguna, es amor. Ya no está con nosotros pero nos queda la satisfacción de haberle hecho feliz en la última etapa de su vida.
Las cosas del destino querían que lo que escribí la semana pasada de ERNIESTO adquiriera hoy un cariz muy especial. Preparé este post en el que os contaba la historia de ERNIESTO, un abueito que dio su vida para ser abandonado pero que tuvo la suerte de llegar a ALBA. Lo estaba subiendo al gestor de contenidos cuando llegó el mail de Carolina. ERNIESTO, nuestro peluchón, había muerto. Las lágrimas inundaron mis ojos, como ahora que estoy escribiendo esto. Pero me consuela que en sus últimos meses fue muy muy muy muy feliz. Os voy a dejar lo que escribí tal cuál y para cuando terminéis, espero que veáis lo importante que es adoptar a uno de estos abuelos cuanto antes pues su tiempo se agota, como el de todos. ERNI, donde quiera que estés, te echaremos de menos.
«El primer día que llegué al albergue me recibieron varios perros, entre ellos ERNIESTO. Lo primero que pensé al verle es en que tenía que abrazarle. ERNI es un auténtico peluchón que lo ha pasado muy mal y que lo único que quiere es que le den cariño. Es un perro espectacular en muchos sentidos. Estéticamente es una bellezón, con un pelaje a lo Lassie y un porte impresionante. Ni su ojito cerrado le quita un ápice de dulzura. Su carácter es muy especial. Desprende ternura por todos sus poros, puede que por la mala vida que ha llevado hasta que llegó a ALBA acentuada por su edad ya que es un abuelito entrañable. Así se definía en nuestra web:
“Me llamo ERNIESTO y he vivido toda mi vida cuidando un rebaño de ovejas. Lo he hecho tan bien que una noche perdí un ojo luchando con un zorro que quería atacar a mi rebaño. ¿Qué más se puede pedir? Pero parece que mi lealtad no era suficiente y cuando mi dueño vendió la finca, la vendió conmigo dentro y se desentendió. Un día acabé vagando por un camino y me vio la policía que avisó al servicio VETERCAM al ver el mal estado en el que estaba.
Tenía un ojo destrozado y lleno de moscas, un bulto muy grande junto al ano (una hernia perianal) y un bulto en la garganta (inflamación de la glándula salivar). Cuando llamaron a mi dueño dijo que ya no me quería para nada pero estaba empeñado en volver a mandarme a la finca donde he malvivido durante todos estos años. Menos mal que la gente de ALBA luchó para que me dejase pasar mi jubilación de otra manera que pasando frío, calor, hambre, sed, etc. en esa finca perdida de la mano de Dios.
Me operaron de la hernia perianal y la biopsia diagnosticó un adenoma de glándulas circumanales de carácter benigno y, al haberlo extirpado, ya está resuelto. Me vaciaron el ojo que tenia mal y me lo cerraron y ahora tomo medicación para mi artrosis. También me operaron de la glándula sublingual inflamada y se me ha quedado la piel del cuello colgando pero ya no es un problema. Desde luego que no se puede decir que sea joven y esbelto pero tengo tanto amor y cariño que durante toda mi vida no me han dejado dar que si me llevas contigo vas a ser la persona más querida y afortunada del planeta. Puede ser que no viva muchos años pero te aseguro que será una experiencia tan intensa que parecerá que llevamos toda la vida juntos”.
ERNIESTO se fue primero a una casa de acogida de un de nuestras voluntarias, Sandra. Allí estuvo unos meses donde fue muy querido y recuperó el lustre que había perdido con los años. Y por fin llegó su oportunidad. En Alemania, alguien se fijó en él y no le importó lo más mínimo que fuera mayor, le faltara un ojo o tuviera artrosis. Se enamoró de él y desde hace unos meses ya viven juntos. ERNI está mejor que nunca, ha rejuvenecido y es más feliz que en toda su vida. Gracias a su familia y a todos los que han permitido que nuestro abuelito tenga hoy un hogar».
Patricia Vadillo