Llega la primavera…y las procesionarias

Se trata de unos de los mayores peligros para mascotas y niños. Llevan impregnado en su cuerpo una toxina que produce una reacción alérgica muy fuerte. Si tu mascota entra en contacto con alguna, acude rápidamente a un veterinario.

¿Quién no ha visto un convoy de orugas procesionarias y se ha parado a observarlas? La verdad es que son muy bonitas y curiosas pero también hay que tener cuidado con ellas para no llevarnos un buen susto o algo más. Estos pequeños animales viven en los pinos durante todo el año pero es con la llegada de la primavera y el aumento de las temperaturas cuando salen de paseo. ¿Para qué? Pues para buscar un buen sitio en el suelo donde enterrarse hasta transformarse en crisálida y, posteriormente, en una mariposa. Los meses de más riesgo son marzo y abril por lo que estar especialmente atentos estos días.

Para los que no lo sepan, el “trenecito” lo pilota una hembra que guía a las demás desde sus nidos en los árboles hasta el suelo. Para defenderse del resto de predadores la naturaleza les ha dado un potente veneno que se lo hace pasar fatal a quien ose entrar en contacto con ellas. Su cuerpo está cubierto de unos pelillos que llevan impregnada la toxina por lo que con sólo rozarlas estaremos en peligro. Se las reconoce fácilmente por su aspecto: son negras con los costados grises y unos pelillos rojizos.

Son peligrosas por tanto para todo el mundo pero hay tener especial cuidado con nuestros perros ya que tienen la manía de ir olfateando y chupando lo que se encuentran. Y, sobre todo, con los cachorros o los más jóvenes pues son los más curiosos y están en plena etapa de conocer el entorno. La reacción puede ir desde una reacción alérgica tremenda hasta un shock anafiláctico que acabe con su vida. Entre medias puede pasar de todo incluido que pierdan la lengua por las tremendas heridas que salen por la infección.

¿Y cómo detecto que mi perro ha estado en contacto con estas orugas? Es fácil de saber, tu mascota se rascará la boca sin parar mientras no deja de salivar. Las heridas son de varios tipos pero todas tienen que ver con una reacción alérgica muy grave como la inflamación de la lengua o el esófago. En los casos más graves el perro no puede respirar y se ahoga.

Lo que tienes que hacer es acudir a toda prisa a tu veterinario y si este está lejos de casa, al primero que te encuentres. No es una tontería pues la vida de tu perro está en riesgo. De hecho, si no acudes rápidamente, las partes que han estado en contacto con la toxina se irán necrosando. Algunos perros han perdido toda la lengua por no acudir rápidamente.

Pero hay veces que esta situación nos pilla en medio del campo y la verdad, poco podemos hacer. Por eso es mejor prevenir que curar y, aparte de vigilar a nuestro amigo, si vamos por zonas donde sabemos que las procesionarias campan a sus anchas podemos llevar medicamentos para contrarrestar la reacción.

Pues eso, que mucho cuidado y a vigilar bien a nuestros perros para no llevarnos un buen susto.

Patricia Vadillo.