El pasado 21 de mayo, ALBA recibió un aviso sobre un gato atrapado en el interior del hormigón de un puente sobre la M-30 a la altura del Km. 10,200 en el Puente de Vallecas.Las piezas de hormigón armado de donde salían los maullidos, sirven para rematar el borde del puente, pesando cada una unos 350 kg. Para aligerar el peso tienen en su interior dos agujeros de 10 cm. de diámetro que recorren las piezas a lo largo. Cada pieza está separada de la siguiente por una junta de dilatación de 2 o 3 cm. y están colocadas de forma que los agujeros de cada pieza coinciden con los de la siguiente, creando así un galería de más de 1.200m.
La gata que ahora se llama “TUBERIA” fue detectada por los camareros de un bar cercano que empezaban a escuchar los maullidos sobre las 5 h de la madrugada, cuando el tráfico era menos ruidoso. Pusieron la situación en conocimiento de los Servicios de Emergencia 112, de la Policía Municipal de Madrid y del Servicio de Mantenimiento de la M-30 sin que ninguno de ellos pudiera dar una solución.
Durante 15 días fue alimentada mediante un ingenioso sistema, introduciendo agua y comida por las juntas de dilatación en cantidades pequeñas, pero suficientes para mantenerla con vida . Este sistema realmente recordaba al de los barquitos que se meten en botellas de cristal por la embocadura.
Cuando ALBA se presentó en la M 30, la gata llevaba como mínimo 15 días atrapada. Comprobamos que a lo largo de todo el puente, solo podía haber accedido por una pequeña rotura entre dos piezas y que, una vez dentro, ya no pudo retroceder. Además, cada día había crecido un poco más y ya había alcanzado un tamaño que hacía imposible sacarla por donde había entrado.
Una vez visto el problema y dándonos cuenta que requería una urgente solución, preparamos el rescate para esa misma noche, recopilando el material necesario para su realización. Pudimos introducir una cámara digital extraplana por las separaciones de las juntas, haciendo una fotografía al interior de cada pieza, hasta tener localizada a la gata. Inmediatamente colocamos dos maderas a modo de tapa, para que no se pudiera mover de la pieza y con unas mazas hicimos un agujero al exterior, colocando una red debajo. De este modo, la gata fue empujada hacia el agujero hasta que pudimos sacarla del interior, recogiéndola con la red.
Tubería fue ingresada en urgencias por deshidratación, pero rápidamente se ha recuperado. Ahora está disponible para su adopción, y nunca agradeceremos lo suficiente a aquellas personas el que pusiesen tanto empeño en ahorrarle una muerte tan dolorosa.