Cuando leo noticias como estas me da por pensar, ¿cuántos animales sufrirán torturas y muertes dolorosas sin que nadie lo sepa? Por desgracia, creo que lo que nos llega es la punta del iceberg. Me gustaría pensar que sólo sabemos de los casos más crueles o tremendos pero estoy casi convencida de que es al contrario porque no dejo de sorprenderme…para mal.
William Leonard Dodson es un cabrón de 41 años al que no se le ocurrió otra cosa que amordazar la boca a un perro con cinta aislante. Le dejó la lengua por fuera de tal manera que se fuera hinchando poco a poco. Obviamente, al pobre animal le ha causado heridas tremendas y no sólo en el hocico, que también. Las heridas de la lengua son tan graves que no se sabe si tendrán que amputársela.
El animal vivía vagabundeando por las calles y era conocido por todo el mundo en su barrio (en Carolina del Norte) debido a lo cariñoso que es. Es muy triste que ser tan cariñoso sea algo negativo pues este tipo de animales se acercan a la gente sin ningún temor sin saber que algunos de ellos son verdaderos monstruos. Yo lo veo día a día con los gatos de la colonia que ayudo a cuidar. Se acercan un montón a la gente y me encantaría que fueran ariscos y no se fiarán de las personas pues, por desgracia, les iría mejor.
Volviendo a la historia, este angelito consiguió arrastrarse hasta la puerta de un vecino que, al salir, le vio y le llevó rápidamente a un centro de protección animal. Ingresó en estado crítico y no es para menos. Los veterinarios calcularon que estuvo entre 36 y 48 horas con la cinta aislante en el hocico. Estuvieron a punto de amputarle parte de la lengua al ver la gravedad de las heridas pero como parecía un perro fuerte esperaron. Y menos mal. Sorprendentemente este pequeño empezó a recuperarse y hoy, están bastante esperanzados en no tener que quitarle nada de lengua aunque pasará bastante tiempo hasta que pueda volver a comer normalmente.
Las fotos de este terrible maltrato llegaron a manos de personas amantes de los animales que decidieron sacarlas a la luz para encontrar a este malnacido. Por suerte, se ha dado con él aunque la pena es que no le pasará mucho. Si fuera en España menos todavía claro.
Caitlyn, que así le han llamado, es un perro callejero de apenas 15 meses. 15 meses en los que ha conocido el abandono, el hambre, la sed, el miedo, el dolor, el sufrimiento…Lo único bueno de haber sido sometido a una tortura tan bestial es que, probablemente, sea adoptado y tenga una familia que le quiera de verdad.
Pero me pregunto yo. ¿Cuántos Caitlyn habrá por el mundo que sufrirán en sus carnes lo que es el verdadero dolor y el pavor más tremendo? ¿Cuántos soportarán la tortura, el maltrato y las vejaciones de los que se supone deberían cuidar de ellos? Pues ¿sabéis qué? Algunos menos gracias a la gente que lucha por los que no pueden. Estoy segura de que en ALBA, así como en otras protectoras, hemos tenido muchos de esos Caitlyn. Todavía hay gente buena en el mundo y si estás leyendo esto, probablemente tú seas uno de ellos. Si es así, gracias.
Patricia Vadillo.
No os digo lo que le haría yo al «individuo» (que significa, «indivisible en dos»… ¿seguro?… ya veríamos) porque me acusarían de algo feo, pero lo de la cinta aislante en la boca seria lo más piadoso… Y el pobre bicho con solo 15 meses…
Malditos seres Cobardes…..que despreciables son…no tengo más palabras…o mejor, me las callo
Te entiendo perfectamente. Yo solo les deseo lo mismo