ALBA participa en el rescate de 25 gatos exóticos maltratados

Los hechos han sucedido la semana pasada en Madrid, concretamente en el distrito de Arganzuela. FAPAM (Federación de Asociaciones Protectoras y de Defensa Animal) recibió una llamada telefónica donde les decían que había varios gatos solos dentro de una casa sin nadie que les atendiera desde hacía una semana. Allí acudieron y se encontraron un espectáculo dantesco. Animales en unas condiciones infrahumanas, dejados a su suerte y sin ningún tipo de cuidado. No había duda, era un criadero ilegal.

Era evidente que esos animales no eran bien alimentados desde hacía mucho tiempo y que, por supuesto, no habían recibido atención veterinaria. Estaban famélicos, sedientos, enfermos y agonizando en varios casos. De hecho no pudimos salvar la vida de una de las gatitas que allí vivía. Estaba en tan mal estado que, a pesar de ser hospitalizada y darle todos los cuidados posibles, falleció. ¿Podéis imaginar cómo se quedaron las personas que entraron cuando pusieron bebederos con agua y los pobres animales se tiraron como locos a beber? Desnutrición, deshidratación, anemias severas, calcivirus, rinotraqueitis, ataxias, hongos, gingivitis, herpes virus y, como no, parásitos, todo eso nos encontramos.

Estas personas, si es que merecen estar en esta categoría, sacaban los animales en mejor estado para venderlos y lucrarse de los pobres animales. Ese dinero no revertía en sus cuidados al menos, iba todo a su bolsillo. Estamos deseando que salga la nueva ley y los criadores tengan que someterse a inspecciones como lo hacemos cualquiera de nosotros. Es increíble que esta gente pueda tener a los animales así y no recibir ni una inspección. Además, este tipo de actividad ilegal supone un fraude a Hacienda y a todas esas personas que les compraron un gatito por lo que hacemos un llamamiento a todas aquellas personas que compraron un gato enfermo para que se pongan en contacto con la federación y denuncien la estafa.

FAPAM ha cursado la pertinente denuncia a las tres personas que viven en el domicilio y ha solicitado la inhabilitación para la tenencia de animales. Los tres son responsables de la situación de estos animales y de cometer un delito de maltrato animal porque es lo que han hecho, maltratarlos y traumarlos quizás de por vida. Nosotros intentaremos recuperarlos no sólo físicamente si no también psicológicamente porque no podemos ni imaginar lo que habrán pasado estos pobres angelitos.

Los gatos se han repartido entre seis protectoras que forman parte de FAPAM, nosotros sólo hemos podido coger a tres de ellos porque ahora mismo tenemos en el albergue más de 90 gatos. Aprovechamos para contaros también que participamos en el rescate de cerca de 50 gatos que estaban en un edificio que iba a ser tapiado. Los pobres se quedaban sin escapatoria condenados a morir de hambre o sed. En estos momentos los tenemos en nuestras instalaciones mientras les hacemos pruebas médicas y valoramos su estado de salud. Vamos a castrarlos y buscar un hogar para los que sean sociables y a buscar un sitio donde puedan vivir de forma segura los que sean salvajes.

Después de contaros todo esto sólo podemos reiterarnos en que castrar a los animales no es un capricho ni una crueldad, es una necesidad. No es humano vivir en la calle y tener una esperanza de vida de tres años, pasar penurias y vivir con miedo. No es humano que te metan en jaulas y no te den de comer ni de beber y te obliguen a criar para lucrarse. Es una responsabilidad de todos y por eso, con más fuerza que nunca, decimos ¡NO COMPRES, ADOPTA! Cuando adoptas estás fomentando este tipo de actividades y te llevas un gatito que posiblemente esté enfermo. Además, sus padres estarán sufriendo como estos pobres. ¿Merece la pena? Yo creo que no.

Patricia Vadillo.