Madrid, 25 de febrero de 2011. Tras la decisión tomada ayer por la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados que instó al Gobierno a adoptar las «medidas oportunas» para que las potestades administrativas relacionadas con espectáculos taurinos, salvo las correspondientes a la competencia sobre seguridad pública, sean atribuidas al Ministerio de Cultura «, La Plataforma La Tortura no es Cultura se posiciona en contra de tal decisión por considerar que se basa en intereses puramente económicos, antidemocráticos y curiosamente anticulturales.
1. Tintes ecónomicos porque:
– La tauromaquia es un negocio en coma que sobrevive exclusivamente gracias a subvenciones constantes e inyecciones presupuestarias por diversas vías:
Estatales – con subvenciones que rondan los 600 millones de euros, es decir, cada contribuyente colabora con cerca de 50 euros al año para mantener esta barbarie. Con el traspaso a Cultura las ventajas serán aún mayores. Así, y sólo como primer ejemplo, los empresarios taurinos podrán beneficiarse de una considerable reducción del IVA de un 10%, mientras que el ciudadano de a pie seguirá pagando un 18% por objetos primera necesidad como libros de texto, pañales o productos de higiene femenina.
Por comunidades autónomas – Sólo en la Comunidad de Madrid en 2009 exclusivamente en concepto de mantenimiento de cosos taurinos se han dedicado unos 2.6 millones de euros. En 2011, los presupuestos para el Centro de Estudios Taurinos de la CAM serán de 2.36 millones de euros. Por otro lado, en estos tiempos de sueldos “mileuristas” un solo funcionario cobra 60.000 euros al año por velar que las corridas de toros se conviertan definitivamente en Bien de Interés Cultural.
La Plataforma La Tortura no es Cultura se pregunta: “¿Hasta cuándo van a seguir ignorando lo que está clamando la mayoría de los españoles?” – declara Marta Esteban, Presidenta de La Tortura no es Cultura, y continúa- “En estos tiempos en los que el propio Ministerio de Cultura es deficitario y realiza recortes presupuestarios en partidas realmente culturales como el arte, la música, el teatro, la ópera, los museos, etc…¿Cómo pretenden mantener los gastos derivados de este horrible espectáculo desfasado que no consigue llenar ni un cuarto de la plaza? Ello obligará a reducir aún más los presupuestos de otros conceptos verdaderamente culturales para cubrir las ingentes cantidades que la tauromaquia exige. ¿O es que nos aumentarán los impuestos para sufragar esos gastos?
2. Tintes antidemocráticos porque:
– Demuestra un desprecio hacia la opinión y sentir populares que según el último sondeo del Gallup /IG Investiga indica que 67,2 % de los españoles no sienten interés o rechazan las corridas de toros. Opinión popular que se plasmó explícitamente en la exitosa ILP de Cataluña y también en la ILP madrileña de junio de 2010, que reunió 51.600 firmas de ciudadanos madrileños, y cuyo debate en la Asamblea de Madrid fue directamente vetado por el PP madrileño. Recordemos que una ILP es la máxima y única manifestación democrática en la que el pueblo puede dirigirse con peticiones a través de firmas a sus dirigentes.
– La misma Plataforma La Tortura no es Cultura ha solicitado audiencia el pasado mes de agosto, con la Ministra de Cultura sin ningún éxito ni respuesta, mientras que el sector taurino sí ha sido recibido por ella.
3. Tintes anticulturales porque:
Nunca una tradición debe estar por encima de la razón y una tradición no es válida por ser un hecho repetido en el tiempo sino porque aporta valores positivos y constructivos para esa cultura, para esa sociedad donde se inscribe, para la infancia de ese país. No puede ser cultura aquello que haga apología de la tortura, de la violencia y de la muerte, o que vulnere claramente el derecho a la vida de cualquier ser vivo. En la tauromaquia no sólo se vulnera el derecho a la vida de animales inocentes sino que se les tortura y mata de la manera más cruel para diversión de unos pocos.
“La apología de la violencia y de la tortura es aplaudida por el Ministerio de Cultura de nuestro país” – continúa Esteban – “¿Qué educación les vamos a dar a nuestros hijos cuando en sus libros escolares tengan que ver como se tortura animales inocentes como ejemplo a seguir? ¿No tendrá eso repercusión en otras facetas de su vida?¿No construiremos una sociedad mejor educándoles en la no violencia hacia personas y animales? ¿Cómo les explicaremos que hay menos deporte, conciertos, museos, etc.. porque se torturan más toros?”.