CON LA SOGA AL CUELLO

Este país nuestro no es precisamente un ejemplo de protección animal: cada año miles de mascotas son abandonadas a su suerte; una suerte que en muchas ocasiones acaba en accidente de tráfico, con el correspondiente sufrimiento para el animal y un gravísimo riesgo para los conductores.

Pero incluso si no mueren atropellados, hay muchos perros condenados a sufrir una tortura lenta y dolorosa, la de ser estrangulados por las cuerdas o las cadenas que llevan al cuello en el momento de ser abandonados. Este tipo de “collares”, por llamarlos de alguna manera, son especialmente peligrosos cuando se trata de animales jóvenes porque, al ir creciendo, la cadena o la cuerda se les va quedando pequeña y, con el paso de los meses, les rasga la piel y se incrusta en los músculos, quedando el cuello en carne viva, infectado y tremendamente dolorido.

¡Por favor, si lo abandonas que sea sin cuerdas, ni cadenas, ni correas, ni nada. Dale al menos esa oportunidad y ahórrale tanto sufrimiento!

Habrá quien piense que esto es algo que pasa muy de vez en cuando, pero no es así. Es un problema habitual en los perros que recuperamos, y marca su cuerpo y su personalidad de por vida, si es que sobreviven.

La semana pasada recibimos en ALBA la llamada de un camionero que, en ruta hacia Madrid, había parado en un restaurante de carretera que hay entre Burgos y Soria. Allí pudo ver a un perro joven, muy grande, mestizo de mastín, que tenía el cuello en carne viva. Intentó recogerlo, pero el animal no se dejaba ni acercar, así que pregunto a gente de la zona, que le comentaban con toda naturalidad que sí, que hacía meses que andaba por allí abandonado y que la cuerda que llevaba atada le había hecho una herida que iba de mal en peor. Lo que realmente sorprendió a nuestro amigo es que todo el mundo lo viera como algo normal y nadie hiciese nada.

Impresionado todavía por las heridas del perro, por su extrema delgadez y por la indiferencia de la gente, el camionero empezó a hacer llamadas a protectoras de Burgos, de Soria y de Madrid, entre ellas a la nuestra. Y aunque realmente estamos saturados de trabajo y el animal estaba lejos, decidimos ponernos manos a la obra: conseguimos que voluntarios de una protectora de Burgos fueran a darle de comer durante unos días a un lugar concreto, para ir nosotros luego con una jaula trampa y poder atraparlo.

Por fin, el sábado pasado, a las cinco de la mañana, salió una furgoneta de ALBA hacia el lugar convenido. Allí, nuestro “equipo de rescates” capturó a Don Nuño, que es como hemos llamado a este perrote, y a las doce menos cuarto estaba en preparación para entrar en el quirófano, donde nuestros veterinarios operaron las tremendas heridas de su cuello. Ahora se recupera poco a poco en un sitio tranquilo, bien alimentado y cuidado.

Don Nuño ha tenido suerte, pero hay otros muchos perros que acaban muriendo por asfixia tras una larga y dolorosa agonía, y todo por culpa de las cadenas y las cuerdas.

En ALBA contamos con un equipamiento de rescate que hemos ido desarrollando y perfeccionando en función de las necesidades y a la luz de nuestra experiencia. Desde jaulas trampa que se activan con mando a distancia o con sensores de movimiento, a dispositivos que te avisan por teléfono cuando el animal queda atrapado. A ello sumamos escopetas de dardos, redes y otros utensilios que nos facilitan la recuperación de unas criaturas que han sufrido mucho y que habitualmente encontramos temerosas y a la defensiva.

Esta experiencia hace que ALBA sea hoy una de las asociaciones que más animales heridos, mutilados y asustadizos recoge y una de las que derrocha más imaginación e iniciativa a la hora de crear dispositivos de captura.

Nuestra auténtica satisfacción, lo que nos compensa de todos los esfuerzos, es verlos después, curados, desparasitados, bien alimentados y tranquilos, a la espera de una buena familia que quiera adoptarlos y recibir todo el amor que llevan dentro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar