Ni van ni vienen, ¡se quedan!

Los hermanos VAN y VIENE fueron abandonados en un pueblo a su suerte. Lo pasaron realmente mal, eran dos cachorrones que no sabían cómo sobrevivir. Todo empezó a ponerse de cara cuando dieron el aviso a ALBA y fuimos a recogerlos. Hoy son muy felices junto a sus mamás.

Aunque la gente crea lo contrario, los animales domésticos no lo tienen nada fácil para sobrevivir en la calle. Más si cabe si no se han criado con una manada que les haya enseñado a buscar comida, agua y cobijo. Eso les pasó a Van y Viene, siendo dos cachorros fueron abandonados y lo pasaron realmente mal, sobre todo porque son dos perros muy cariñosos y sociables. Nos dieron el aviso y fuimos a buscarles y allí nos encontramos a estos dos angelotes. Les pusimos esos nombres porque el día en que los recogimos salía la furgoneta para llevar a muchos de nuestros animales a su futuro hogar en Alemania. Unos van y otros vienen 🙂

Cuando los vimos nos quedamos prendados de su belleza. Son bonitos hasta decir basta pero no sólo por fuera, por dentro son todo corazón y amor. Como cachorros que eran, cuando llegaron estaban llenos de energía y los voluntarios teníamos que calmarles antes de salir y luego llevarles a correr al patio. Se lo pasaban estupendamente interactuando entre ellos y con nosotros y es que les encanta que estés pendiente de ellos. Luego, un rato de caricias y cepillado, ahí es cuando te dabas cuenta de lo tiernos que son y es que los pobres han crecido sin una mamá ni unos hermanos que les dieran ese amor natural que todos los seres vivos necesitamos.

El problema de cara a su adopción es que nosotros queríamos que se fueran juntos a una casa, estaban tan unidos que nos daba mucha pena que fuesen separados aunque vivieran con familias maravillosas. Lo bueno es que eran sociables a más no poder. Lo malo, que tenían mucha energía y que no paraban de crecer. Es difícil que una familia venga con la idea de adoptar a dos hermanos pero a veces pasa…y pasó.

Un día vinieron a ALBA Mamen y Mari Carmen, venían con la intención de apadrinar y ayudar así a los que más lo necesitan. Recientemente habían perdido a sus dos adoradas perras y no se veían capaces de adoptar pero necesitaban ese contacto que tanto echaban de menos. Mamen nos cuenta cómo fue todo:

“Nosotras acudimos a ALBA a apadrinar el 01/11/2014, pues habíamos tenido que dormir a nuestras peques el 2 y el 21 de enero de 2014. Estábamos fatal pero necesitábamos (sobre todo yo) tener contacto con perros. Elegimos a nuestros ahijados, y luego una voluntaria nos enseñó las instalaciones incluidas las cachorreras y ahí estaban jugando OTTO y SHOLEM (VAN Y VIENEN). Como siempre, SHOLEM abajo y OTTO mordisqueándole el cuello. Y NOS ENAMORAMOS DE ELLOS.

Y bueno nos fuimos a comer mientras íbamos pensando en todas las cosas que habíamos hecho y vivido en ALBA, y de pronto Mari Carmen me dijo: “yo adoptaría a los cachorros”, para sorpresa mía pues ella decía que de momento no quería perros pues Pulga había sido muy especial y que no podía. Entonces le dije: “pues termínate la comida que nos vamos para ALBA “cagando leches”. Cuando llegamos la voluntaria que nos atendió, Rosa, pensaba que íbamos a adoptar a CLAUDIA y  PENDRAGÓN que eran nuestros ahijados, y le dijimos que no que manteníamos el apadrinamiento pero que adoptábamos a los peques. Entonces nos dijeron que no sabían pues los iba a reservar una persona de Alemania. Estuvimos esperando un rato hasta que nos dijeron que nos los cedía. Entramos a verles mientras les bañaban y OTTO, como es así de cariñoso, se lanzó a mí, que me había puesto en cuclillas a lamerme toda la cara.

Fue muy gratificante tenerlos en casa los primeros días en noviembre, pero nos agobiamos de tener pocos días para adaptarnos/los a la casa y con gran dolor decidimos llevarlos a ALBA. Y los días siguientes fueron malísimos echándolos de menos y con lágrimas en los ojos todo el día. Hasta que le mandé un correo a Carolina y le dije que nos los reservara, que en enero nos cogíamos 15 días de vacaciones para adaptarnos/los. Desde diciembre hasta el 24 de enero que los llevamos a casa fuimos una o dos tardes a ALBA, con las educadoras para estar con ellos paseando. Fue también duro el estar con ellos y luego dejarlos en ALBA, pero es que hasta enero no teníamos días libres”.

Y finalmente volvieron a por ellos y hasta hoy. Mamen y Mari Carmen demostraron el amor que tenían por OTTO y SHOLEM, nuestros VAN y VIENE. La adaptación a veces es complicada y lo importante es no tirar la toalla y esforzarse. La primera vez que se los llevaron se vieron superadas por la situación y es que estos angelotes tenían mucha energía y requerían de tiempo y paciencia. Pero ya era tarde, se habían enamorado de ellos y tuvieron que volver a por sus niños. Buscaron la forma de tener tiempo para adaptarse pidiendo vacaciones y con esfuerzo y paciencia lo han conseguido. No hay más que verles cuando los traen de visita, están preciosos y grandísimos. Nos cuentan que son muy buenos y que se los han llevado a un montón de sitios, quién les iba a decir a ellos cuando pasaban penurias que irían de vacaciones a Ribadeo, Benalmádena y Castropol. Y todavía más, sus mamás se mudan a un chalet independiente con una parcela enorme para que vivan todavía mejor. ¿Se puede pedir más? ¡Que me adopten a mí!

Por desgracia hay muchos VAN y VIENE buscando un hogar. Muchos VAN y VIENE abandonados y maltratados. Pero con esta historia tan bonita podéis ver cómo está en nuestra mano la felicidad no sólo de ellos si no la nuestra propia. Los que amamos a nuestros animales sabemos lo afortunados que somos por tenerlos en nuestras vidas. Yo os lo digo siempre, Bastian me cambió la vida y es lo mejor o de lo mejor que me ha pasado en la vida. Si te apetece ser el protagonista de tu propia historia ven a ALBA, no te arrepentirás.

Patricia Vadillo.