Las garrapatas son peligrosas todo el año pero es en verano cuando tenemos que tener un especial cuidado con ellas. Las razones son dos principalmente. La primera que, con el calor, hay más garrapatas. La segunda, es también el calor el que activa su metabolismo volviéndolas más activas y peligrosas.
¿Quién no conoce a los ixodoideos? ¿No te suenan? Probablemente los conocerás como garrapatas. Si buscas en la Wikipedia te dirá que son una superfamilia de ácaros ectoparásitos y hematófagos. Esto quiere decir que viven en la superficie de otro organismo y que se alimentan de sangre. Se trata de los ácaros más grandes en tamaño y, sobre todo, tenemos que tener cuidado con ellos porque son vector de múltiples enfermedades tanto para humanos como para animales.
Como decía en la entradilla, garrapatas hay durante todo el año pero en los meses de frío están muy aletargadas y, salvo en zonas muy específicas, apenas representan peligro. Normalmente viven en la hierba, en la parte alta. Se sitúan ahí esperando que pase algún ser vivo para engancharse a su pelaje. A pesar de que mucha gente piensa que pueden saltar, estas sólo se enganchan al huésped por contacto directo. Una vez en el cuerpo perforan la piel por medio de los quelíceros (las mandíbulas) y comienzan a succionar sangre. Es entonces cuando su cuerpo comienza a hincharse hasta que segrega una especie de pegamento para poder estar unida al huésped el mayor tiempo posible con efectos anestésicos para que el perro no se rasque.
Las garrapatas transmiten enfermedades graves, eso es un hecho. Hay gente que piensa que no pasa nada si a nuestro perro o a nosotros mismos nos pica una garrapata y, con suerte, puede ser así. Pero es importante conocer los riesgos para entender lo importante que es protegernos de estos insectos. La razón por la que son vector es porque en su interior pueden sobrevivir y multiplicarse multitud de gérmenes. Cuando la garrapata muerde a su huésped no sólo chupa sangre si no que se abre una vía para que entren todo tipo de microbios y demás.
A través de sus mandíbulas pueden pasar numerosas enfermedades muy graves como son la Ehrlichiosis, la piroplasmosis o babesiosis o la enfermedad de Lyme o borreliosos. Esta última no sólo afecta a los perros sino que también puede contagiárnosla a nosotros una garrapata infectada si nos muerde. Por regla general, este tipo de enfermedades provocan fiebres muy altas y anemias y pueden ser muy peligrosas. Por tanto, si notamos cualquiera de estos síntomas en nuestro peludo lo mejor es acudir rápidamente al veterinario.
Por todo esto, tenemos que ser precavidos y tratar de evitar que las garrapatas nos den un buen susto. En el caso de nuestro perro, la mejor forma es llevar al día su desparasitación externa. Durante los meses de calor debemos usar bien un collar bien pipetas. En función del tipo de vida que hagamos con nuestro animal deberemos usar una u otra opción o, incluso ambas si el tamaño de nuestro perro nos lo permite (hay que tener en cuenta que son insecticidas y si el animal es muy pequeño podemos envenenarle.). Yo tengo un perro de tamaño mediano y va bastante al campo por lo que le pongo el collar Scalibor (según tengo entendido el más eficaz) y pipetas Advantix. Lo mejor, consultar con el veterinario para que nos aconseje la mejor opción. También es importante echar un vistazo a nuestro animal de vez en cuando. A las garrapatas les gusta esconderse y no siempre se quedan en el lomo. Se ponen dentro de las orejas, en las axilas o en pliegues de la piel.
Otra cosa a tener muy en cuenta es cómo quitar una garrapata a nuestro perro o nosotros mismos si nos ha picado. No podemos tirar de ella sin más porque lo más normal es que arranquemos el cuerpo pero quede la cabeza dentro provocando infecciones y demás patologías. Lo recomendable es que la garrapata esté muerta al retirarla para lo que se puede pulverizar al bicho con insecticidas específicos o untarla en aceite para que se ahogue. También hay pinzas especiales para sacar a estos molestos insectos. Una vez retirada, hay que deshacerse bien del cuerpo ya que son bastante resistentes.
Por tanto, lo mejor es prevenir y proteger bien a nuestro perro así como vigilarle de cerca y actuar si notamos cualquier cosa rápida. En mi caso os puedo hablar de un susto que me llevé hace ahora un año y pico y que casi acaba con la vida de BASTIAN, mi peludo. Le picó una garrapata y le pasó alguna enfermedad que luego no dio la cara pero que estaba claro de dónde había venido. A pesar de retirarle bien la garrapata, BASTIAN enfermó y tuvo una fiebre altísima así como anemia y otros problemas. Estuvo muy cerca de no contarlo y yo pasé uno de los peores momentos de mi vida hasta que se recuperó. Hasta el momento sólo le llevaba con collar scalibor pero desde entonces también le pongo la pipeta. Y si no lo haces por el animal, que así debería ser, hazlo al menos por tu bolsillo, hoy en día los precios de los veterinarios están por las nubes y no os quiero contar por lo que salió la broma. Eso sí, el dinero mejor gastado de mi vida pues BASTIAN está hoy sano, feliz y super protegido.
Patricia Vadillo.