Hay quien cree en el poder de Dios, hay quien cree en el destino, hay quien cree que las cosas pasan sin más. Yo personalmente creo en la casualidad, porque la casualidad hace posible que sucedan cosas imposibles. Y esta historia llena de casualidades es la historia de Mussa.
Mussa, mi preciosa Mussa, es una gata con suerte, y la casualidad ha querido que su suerte le dure toda la vida. Imagino que nació en la calle, donde imagino seguirán su mamá y sus hermanos, cruzo los dedos porque estén bien. Por algún motivo mi pequeña se despistó y acabó metida en el motor de un coche, sola, hambrienta y asustada.
La casualidad quiso que Héctor y Álex, voluntarios de ALBA, pasaran por allí y oyeran sus maullidos. Justo ese día y en ese momento se dirigían a visitar a otros gatos que también necesitaban ayuda por esa zona, y allí, de repente, apareció pidiendo a gritos que la sacaran de ese lugar oscuro. Héctor y Álex no se lo pensaron, si hay que desmontar el motor o el coche se desmonta. Los voluntarios de ALBA siempre dan lo máximo. En unos minutos ya estaba metida en el transportin camino del albergue.
Una vez allí, y tras la revisión veterinaria, Musa recibió un relajante baño. ¡Se le caían las pulgas a pares! Poco después estaba en mi casa. Llegó asustada, pero ella es valiente y se le pasó rápido el miedo. La misma noche que llegó aguantó con paciencia nuestros besos y mimos y ya quiso jugar con su pelota de colores. Era realmente pequeña. Teníamos unas ganas tremendas de comérnosla a besos.
En casa ha estado casi dos meses, aunque su recuerdo durará toda la vida. Creo que aunque podría escribir mil palabras describiendo lo maravillosa que es no le haría justicia. Musa es de esas gatas que se te graban en el corazón y no salen jamás.
La casualidad quiso que Nicky y Marcel buscaran un nuevo gatito para aumentar la familia, pues ya tienen otros dos gatos, y Nicky se enamoró de esa foto que por casualidad salió tan bien, y así fue como eligió a Musa.
Marcel viajó en avión desde Munich hasta Madrid sólo para llevarse a Musa a casa. Así que ahora Musa, que ahora se llama Juli, vive feliz en Munich, donde la quieren con locura.
Así que sí, la historia de Musa está llena de casualidades. Si Musa no se hubiera separado de su mamá, si Héctor y Álex no hubieran pasado por allí, si Musa no hubiera llegado a casa y posado para mí, Nicky no habría visto la foto, y Musa nunca habría viajado a Munich para ser parte de su familia.
En fin, pasan tantas cosas feas y tristes que a veces nos olvidamos de que la casualidad nos persigue y nos regala historias como esta.
Gracias a Héctor y a Álex por rescatar a Musa. Gracias a ALBA por estar siempre ahí y hacerlo posible. Gracias a Nicky y Marcel por hacer feliz a mi pequeña. Y gracias a tí mi pequeña, por dejar hueco a otros en mi casa, y porque los gatitos inocentes como tú hacéis de este mundo un lugar mejor y que merezca la pena seguir luchando por vosotros. Dale caña a esa pelota de colores toda la vida.
Alicia Sierra.
Y aquí podéis ver la página de facebook que su nueva familia ha creado para ella.
https://www.facebook.com/pages/Julis-wilde-Welt/1471072896542472