En las instalaciones de ALBA hay muchos animales pero algunos de ellos sufren especialmente por estar enfermos y necesitar atención especial. Los hemos llamado PERROS SOS y cada semana vamos a recordaros que buscan casa porque su recuperación en un hogar avanzaría mucho más rápido que en el albergue.
Muchos son los animales que viven en ALBA y todos necesitan un hogar donde poder ser todo lo felices que merecen. Pero hay algunos de ellos a los que urge más encontrarles una casa para que puedan mejorar de las diferentes patologías que padecen. En el albergue tienen atención constante y reciben los medicamentos y tratamientos que necesitan pero muchas veces, la clave de su recuperación se encuentra en que estén en una casa. Allí están más tranquilos porque en nuestras instalaciones es inevitable el ajetreo. Además, les evitamos el estrés de convivir con tantos otros animales.
Los animales que tienen el cartel de “SOS” pueden recibir la atención que necesitan en una casa. A las personas que se vayan a llevar a estos perros se les dan las indicaciones necesarias para que puedan cuidarlos. Se les explica perfectamente cuáles son las patologías de cada animal y todo lo que ello conlleva. Es importante que los adoptantes o casas de acogida sepan bien los cuidados que han de darles por lo que la transparencia pasa a ser condición imprescindible. Estos son los PERROS SOS que viven en ALBA:
Empecemos con MANGA PANGA ya que es una de las perras que, además, lleva más tiempo en el albergue. Esta mastina apareció vagando por una carretera de los alrededores de Madrid. Cojeaba tanto que pensaron que la habían atropellado, pero no era así. MANGA PANGA tiene displasia, como muchos de sus congéneres, y una fuerte artrosis que le produce dolores y la cojera que os mencionábamos. Es una perra muy noble y buena, tanto que vive suelta por nuestras instalaciones y duerme en la oficina bien calentita.
Y vamos con SAPPORO, un auténtico Akita Inu del que un día debieron de cansarse. No se molestaron en ponerle el chip ni en llevarle al veterinario. Vivía en una finca donde no se le cuidaba como merece. Cuando llegó a ALBA tenía los ojos fatal, una herida enorme en el cuello y tal infección de oídos que el pus le supuraba. Se le trató la infección de oído y tuvieron que realizarle una ablación del conducto auditivo por lo que está un poco sordo. También se le operaron los ojos porque los párpados se le plegaban hacia la superficie del ojo produciéndole constantes conjuntivitis e infecciones. SAPPORO dio positivo en leishmania y fue tratado con Glucantime y Alopurinol. En los últimos análisis ya da dudoso y la analítica es casi normal.
Y llega el turno de BORUSIA, una de nuestras perritas más cariñosas. Cuando entró en el albergue nos dimos cuenta de que no había recibido atención veterinaria en mucho tiempo, si es que en algún momento la haya podido recibir, cosa que dudamos. BORUSIA es muy alegre y vital y por eso no da la sensación de estar tan malita. Tiene una leishmania muy fuerte que le ha provocado problemas en los riñones. A parte de tomar un pienso especial para insuficiencia renal está recibiendo una nueva dosis de Glucantime ya que su analítica ha empeorado mucho. Merece un hogar donde le den todo el cariño que necesita y le controlen la medicación y alimentación.
Le toca el turno a HELEN KELLER, una perrita que llegó a ALBA en unas condiciones lamentables. Como vivía en la calle contrajo leishmania y al no ser tratada, la enfermedad avanzó devastando todo a su paso. Tanto es así que se le ha caído casi todo el pelo y hay que bañarla con champús especiales muy a menudo para tratar de que mejore. La dimos vitaminas y masajes con crema de aloe vera y ha empezado un tratamiento con Milteforán y Alopurinol. Además, tiene ehrlichia para lo que se le suministra Doxiciclina. Mejora día a día y una casa sería el lugar perfecto para que en pocos meses esté como nueva.
De momento, estos son los animales que forman parte de PERROS SOS. Esperemos que encuentren pronto un hogar donde mejorar y ser felices y así dejar el hueco para tantos otros que también lo necesitan.
Patricia Vadillo
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