La Guardia Civil ha detenido e imputado a dos personas de nacionalidad rumana por dar una brutal paliza a una oveja en la granja en la que trabajaban. El gerente les descubrió tras ver un aumento de lesiones en los animales así como una disminución de la producción de leche. A pesar de su dureza, desde ALBA queremos que esto se sepa.
La noticia nos llega a través de la Guardia Civil a través de un comunicado y pone los pelos de punta sólo con leerlo. Han detenido a una persona e imputado a otra por el maltrato de animales en una explotación de ganado ovino. El gerente de la granja sospechó de algunos de sus trabajadores a raíz del aumento de lesiones en las ovejas y la bajada de producción de leche.
Los hechos tuvieron lugar en la localidad albaceteña de Tarazona de la Mancha. No tenemos sus nombres, si fuera así los publicaría así como sus fotos para que todo el mundo sepa que son unos psicópatas. Tenemos sus iniciales: el detenido S.N.B de 27 años y el imputado T.D. de 45, ambos de nacionalidad rumana. La investigación se inició a raíz de una denuncia formulada por el gerente de una granja de ovejas de que sospechaba de que algunos de sus trabajadores podrían estar maltratando a los animales debido al aumento de lesiones en las ovejas y la bajada de producción de leche.
El denunciante, debido a las pérdidas económicas sufridas con la disminución de producción láctea, instaló un sistema oculto de video-vigilancia con grabación de imágenes en el interior de la explotación, así como en las zonas de esparcimiento del ganado y en la sala de ordeño automático. Tras visualizar las grabaciones efectuadas durante varios días, comprobó como uno de sus empleados le propinaba una brutal paliza a una oveja, mientras otro sujetaba una de la patas del animal para facilitar su maltrato.
Las diligencias instruidas junto con el detenido y el imputado han sido puestas a disposición del Juzgado de Instrucción número uno de La Roda (Albacete). En la investigación han intervenido agentes pertenecientes al Equipo de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Comandancia de la Guardia Civil de Albacete.
Según relata la edición digital del 20 Minutos (de donde sale también la imagen que utilizamos), la brutal agresión fue porque la oveja no quería entrar en la sala de ordeño y “se le fue la cabeza”. Obviamente esto no hay quien se lo crea, por mucho que te enfades no das una paliza de muerte a un animal. Eso lo hacen los psicópatas así que muy atentos los vecinos de estas dos personas porque en nuestro país no son muy duros con estas cosas a pesar de quedar patente que son unos monstruos peligrosos para todo ser vivo. El que es capaz de agredir de esa forma es porque disfruta haciéndolo. De hecho, las sospechas del gerente son a raiz de ver lesiones y disminución en la producción de leche. Pero es que las imágenes no han lugar a dudas porque la paliza se la da con una palo, a patadas y saltando encima de ella hasta que quedó agotado según subrayan las fuentes de este diario.
Me tengo que contener mucho para no poner lo que pienso, sobre todo porque no vale de nada insultarle o desearle como poco lo mismo, que vengan dos seres que se aprovechan de él y encima le muelan a palos. Pero es que creo que eso no lleva nada. Lo que sí lleva algo es denunciar cualquier conducta extraña o sospecha, no mirar hacia otro lado y dar la cara. Estas personas son un peligro para los animales pero también para las personas. No me cans ode decirlo pero se empieza por ahí y se pasa a maltratar personas, normalmente las más indefensas pues son unos cobardes además de psicópatas. Teníamos que dar difusión a esto para que se sepa y para que no quede como algo aislado pues, por desgracia, pasa más de lo que parecemos. Para posteriores post prometo cosas más felices.
Patricia Vadillo.
Bien por los picoletos, pero insisto: castigos duros y ejemplares para estos «individuos», nada de unos meses de arresto y una multa, TRABAJOS FORZADOS como mínimo.
Me parece un triunfo.
En este país en el que me (nos) ha tocado vivir, cuya «marca» incluye torturar animales como «manifestación cultural», que recientemente ha incorporado (por si acaso no lo teníamos claro) matar a una mascota que debería haber sido aislada y vigilada para estudiar una enfermedad, es una verdadera victoria la denuncia y persecución de estas situaciones. Que haya una legislación que lo recoja, que se implique la guardia civil y la policía es lo que debe suceder en un estado de derecho.
Que se ejemplifiquen casos como éste es la mejor manera de dar a conocer qué y cómo se puede denunciar. Que se ajuste, se mejore y se complete la legislación autonómica es también tarea de todos.
En un pueblecito de Valencia al que voy muchas veces (Chiva se llama) hay un deporte tradicional que consiste en competir con caballos de tiro a los que les ponen un peso importante en un carro mientras el guía les lleva por las riendas. Me quedé gratamente sorprendida de ver que los mismos labradores y guías de los caballos habían elaborado unas reglas que incluían ayudar al animal con la voz y prohibían pegarle más de tres veces con la fusta (¿qué harían antes de crear ese reglamento?) Pues bien, eran unos cumplidores celosos de esas reglas, procuraban no pegar al animal ni una sola vez y usar sólo la voz y su fuerza para ayudarle. Si a alguno se le olvidaba y pegaba al caballo, era inmediatamente reprendido y bajaba puntos en la competición.
También es un triunfo. Cómo se ha llegado a ese punto es el producto de la educación, de la cultura, del rechazo a la violencia, a la crueldad (que siempre es inútil) y al odio. El paso de un espectáculo brutal a una competición en la que sudan los animales y el hombre, como iguales, lomo con lomo, en la que los caballos son limpiados del sudor y del esfuerzo por su conductor antes de que él mismo se tome un trago de agua es la transformación a la que tenemos que llegar.
No hace tanto tiempo era un entretenimiento de masas ver cómo los hombres se mataban unos a otros. Se castigaba a los ladrones cortándoles las manos o colgándoles a la vista de todos. Era normal y hoy es inadmisible. Dentro de no mucho lo será también en el caso de los animales, estoy segura.
Besos a todas/os.