La Comunidad de Madrid asesina a EXCALIBUR

EXCALIBUR es el perro de Teresa Romero, la mujer infectada por ébola, y su marido Javier. A pesar de los esfuerzos de sus dueños, de la comunidad científica y de mucha gente, el animal ha sido sacrificado. No le han hecho ni un solo análisis ni le han permitido estar en cuarentena a pesar de que ni un sólo estudio avala que los perros pasen la enfermedad a las personas.

Muerto el perro, muerto el ébola. Esta frase de Víctor, uno de mis compañeros de ALBA, resume perfectamente lo que ha pasado. Es lo que han debido de pensar los mandatarios de la Comunidad de Madrid que han tomado esta decisión ya que han preferido hacer caso del refranero español en lugar de oír a la comunidad científica. Muy inteligente por su parte. Lo hemos intentado con todas nuestras fuerzas. Carolina Corral, nuestra Presidenta, ha estado allí tratando de impedirlo junto a tantos otros activistas pero no ha podido ser. Hoy es un día muy triste, todos los que formamos parte de ALBA estamos indignados y muy apesadumbrados pues EXCALIBUR ha pagado los errores de nuestros políticos. Acostumbro poco a meterme en temas políticos, me gusta centrarme en lo que me apasiona, la protección animal. Pero hoy me hierve la sangre pensando en Ana Mato, Javier Rodríguez (Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid) y en todas las personas que han participado en este asesinato y que, además, están poniendo en peligro la vida de todos nosotros. A estas alturas estaréis todos enterados de lo que ha pasado pero, por si no es el caso u os apetece leerlo de mi pluma, aquí os dejo mi artículo.

 2014 está siendo un año negro para África Occidental y es que se ha desatado una epidemia del virus ébola, concretamente de la cepa Ébola-Zaire, la más común en esa zona. Los países más desarrollados dieron la espalda al problema, total no iba con ellos. Error por partida doble. Primero porque humanitariamente es inmoral y no se puede permitir que los países que tienen el potencial económico y tecnológico para acabar con esta plaga no muevan un dedo porque no interesa económicamente. Segundo porque, egoístamente, el ébola al final iba a acabar en suelo de lo que llamamos Primer Mundo y así ha sido. A pesar de que no es una enfermedad altamente contagiosa pues no se propaga por la vía aérea, era de cajón que en algún momento alguna persona que viniera de uno de los países afectados vendría con el virus en su cuerpo. Este riesgo era muy alto más si tenemos en cuenta que en los primeros días del contagio no hay síntomas por lo que el paciente no tiene por qué haberse dado cuenta.

Guinea, Liberia, Sierra Leona, Nigeria y Senegal eran los puntos calientes y hasta allí se desplazaron misioneros y organizaciones humanitarias para ayudar a los que lo necesitan. Allí estaban Miguel Pajares y Manuel García Viejo quienes, por hacer lo que sus conciencias les dictaban, se contagiaron. Aquí empieza la polémica. ¿Traerlos o no traerlos? Era un riesgo y el Gobierno (sin consultar a las autoridades médicas) optó por el sí. Hasta aquí no sé si bien o mal, no me atrevo a aventurarme, a partir de este momento comienzan los errores. Vaya por delante que todo lo que relato sale de los medios de comunicación más importantes de nuestro país y del extranjero así como de los autos judiciales y de las protestas de los cuerpos sanitarios sobre cómo se ha llevado el tema. A falta de una investigación exhaustiva por parte de las autoridades, no puedo asegurar la veracidad de todo al cien por cien aunque creo que las fuentes citadas no van nada desencaminadas.

 Los misioneros no tenían que haber ido al Hospital Carlos III. Primero porque estaba siendo desmantelado como parte de la nefasta gestión que Ignacio González, Presidente de la Comunidad de Madrid, y segundo porque no tenía el protocolo NBQ (Nuclear, Biológico y Químico). La única que tiene la preparación suficiente para tratar a un enfermo de estas características es la UME (Unidad Militar de Emergencia). Pues nada, al Carlos III y a traer personal del Hospital de la Paz porque en el Carlos III no había. Estos sanitarios denuncian multitud de irregularidades en los protocolos que estipula la OMS (Organización Mundial de la Salud) como que no se les hicieran análisis nada más salir de la zona de contagio, que no tuvieran que pasar un periodo de cuarentena (que en este caso es de 21 días), no había material suficiente (las enfermeras lo llevaban en su propio vehículo desde el Hospital de la Paz), no había trajes con tallas para todo y, sobre todo, la formación que se dio al personal era una charla de unos 45 minutos. Obviamente en ese tiempo casi ni te da tiempo a explicar en qué consiste la enfermedad, mucho menos a cómo hay que ponerse y quitarse los trajes algo que han señalado algunos de los que recibieron el “seminario”.

Teresa Romero, enfermera experimentada, se presentó voluntaria para participar en el operativo de Manuel García Viejo. Entró dos veces, una para atenderle y otra para recoger la habitación tras su fallecimiento. Aquí empiezan las especulaciones sobre cómo ha cogido la enfermedad, algo que habrá que estudiar pues si hay fallos en los protocolos habrá que mejorarlos y si ha sido un fallo humano, habrá que ver si ha sido una imprudencia o la falta de medios. En el momento en que escribo este artículo, parece ser que Teresa pudo tocarse la cara con un guante con secreciones del misionero.

Esta mujer se fue de vacaciones al día siguiente, otro error. Debería haber estado en observación, como poco, tras participar en el equipo que atendió al misionero. Durante estos días hizo vida normal, incluso se presentó a una oposición el día 27 de septiembre. Seis días antes de que la ingresaran comenzaron los síntomas, décimas de fiebre. Acudió al médico de cabecera el cuál le recetó paracetamol. Al persistir los síntomas se fue al hospital pero, parece ser, no quisieron hacerle la prueba del ébola pues no tenía una fiebre por encima de 38,6º, uno de los síntomas claros de la enfermedad. Teresa siguió insistiendo y pidiendo que le realizaran la prueba y, por fin, el Hospital de Alcorcón mandó una ambulancia a su casa. La trasladaron al centro y el vehículo parece ser que siguió funcionando sin ser desinfectado o puesto en cuarentena. ¿Vamos por el error número…? Me he perdido ya.

Desafortunadamente, Teresa ha dado positivo en ébola y está siendo tratada con el suero de la hermana Paciencia Melgar, paciente que ha superado la enfermedad. Desde aquí deseamos que se recupere y que pueda seguir con su vida. Ahora está hecha polvo física y emocionalmente pues le han arrebatado a un miembro de su familia sin darle ni una oportunidad de ver si no estaba infectado. No puedo imaginar cómo deben sentirse Teresa y Javier, estarán destrozados pues han asesinado a un miembro de su familia. ¿Alguien ha pensado en cómo puede afectar esto a su recuperación? Yo creo que no porque sólo tenían espacio en la mente para pensar en salvar su cabeza aunque mucho no deben de pensar pues se han vuelto a equivocar (sí, otra vez).

Las autoridades han hecho un listado de personas con las que ha estado en contacto y están todas bajo vigilancia, al menos las que saben claro. Su marido, por convivir y tener una relación más estrecha con la paciente, ha sido aislado también a la espera de que se confirme si se ha infectado o no. Cuando fueron a por Javier Limón, marido de Teresa, para aislarle le ofrecieron llevar al animal a una clínica pero prefirió dejarle en casa con mucha agua y comida además de la terraza abierta. Al día siguiente, recibió una llamada de Julio Zarco (Director General de Atención al Paciente de la Comunidad de Madrid) para pedirle permiso para sacrificar a EXCALIBUR a lo cual este se negó. La Comunidad de Madrid procedió por tanto a pedir una orden judicial para poder hacerlo sin el consentimiento de su dueño algo que consiguió a última hora de la tarde del 7 de octubre. 

Aquí empieza la polémica al respecto. Hay varios temas que tener en cuenta a la hora de tomar una decisión tan importante como esta. Lo primero es, de nuevo, el factor humanitario. EXCALIBUR se merecía por lo menos un análisis para saber si tenía la enfermedad, pero no, es más fácil sacrificarle. Pero los motivos para no acabar con su vida no acaban ahí ya que hay razones científicas que aconsejan hacerle un seguimiento. ¿Por qué? Pues porque los perros son asintomáticos, contraen el ébola pero no desarrollan los síntomas. Crean anticuerpos y luchan contra la enfermedad, algo que quieren estudiar los científicos como es normal. Necesitamos saber cómo lo hacen y también estudiar si es posible el contagio de personas a perros y viceversa ya que no hay ni un solo estudio que avale esta teoría. De hecho, lo más probable es que no esté infectado y si lo está, merece una cuarentena. Sobre todo si tenemos en cuenta que su futuro es fruto de los reiterados errores del Gobierno quien es responsable también del sufrimiento que les está provocando a la familia de EXCALIBUR, a Teresa y Javier.

Esto no es algo que digamos sólo las protectoras o yo misma, lo dice Eric Leroy, el mayor experto mundial en el papel de los perros en los brotes de ébola y Director General del Centro Internacional de Investigaciones Médicas de Franceville según relata El País y de quien cogemos la siguiente información. Leroy es el principal autor del único estudio sobre el tema, que analizó a posteriori un brote de ébola en Gabón entre 2001 y 2002. El trabajo, publicado en una revista científica de los Centros Para El Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU, sugería que:

“Los perros pueden ser infectados por el virus del ébola y que su presunta infección es asintomática. Al perro de Madrid hay que aislarlo, hacerle un seguimiento, estudiar sus parámetros biológicos, ver si está infectado y averiguar si excreta virus. Es muy interesante desde el punto de vista científico, no sirve para nada matarlo.”

El País escribe que durante su estudio en Gabón, Leroy investigó una zona epidémica con perros asilvestrados que llegaron a comer animales salvajes con alto riesgo de estar infectados, como simios y murciélagos de la fruta. En pueblos de Gabón en los que se habían registrado casos humanos de ébola por contacto con animales salvajes, el 32% de los perros presentaba anticuerpos específicos contra el virus.

«Estos animales domésticos pueden por lo tanto infectarse y excretar el virus durante un periodo determinado, convirtiéndose así en una fuente potencial de infección para el ser humano», explicaba en un comunicado de 2005 el Instituto de Investigación para el Desarrollo de París. «Ahora parece necesario evaluar el papel de los perros en los brotes de ébola y tener en cuenta este riesgo en las medidas de control de la epidemia», sentenciaba.

Los animales domésticos pueden infectarse y excretar el virus durante un periodo determinado, convirtiéndose así en una fuente potencial de infección para el ser humano

Sin embargo, subraya Leroy, “fue un estudio a posteriori, en Madrid tenemos un posible caso activo del que podemos aprender muchas cosas, como si los perros efectivamente representan un foco de infección en los brotes de ébola”. Conocer el papel de los canes en las epidemias del ébola es fundamental, porque las aldeas africanas afectadas están llenas de perros, añade este experto en enfermedades emergentes. A juicio de Leroy, si se comprueba que EXCALIBUR no está infectado, basta con liberarlo. Y si está contagiado por el ébola, “se va a recuperar y cuando esté curado habrá eliminado completamente el virus”.

Ni el Ministerio de Sanidad español ni la Comunidad de Madrid han consultado a este experto antes de decidir el sacrificio del perro. «No he recibido ninguna llamada», confirma Leroy. Hasta aquí lo recogido ayer por la versión digital de El País y por otros medios.

Pues a pesar de lo declarado por los expertos, la Comunidad de Madrid pidió el martes por la tarde una orden judicial que ejecutó al día siguiente. Según nos han contado personas que estaban allí, había muchos activistas y personas que estaban en contra y que intentaron frenar el asesinato. De hecho, nos cuentan que los bomberos se negaron a entrar abogando que ellos a lo que se dedican es a “salvar vidas no a quitarlas”. La policía entró y con personal autorizado para asesinar a EXCALIBUR entre las protestas y los gritos. Tanto miedo que les daba, no parecía que hubiera muchos medios de seguridad a la hora de sacarlos. En los medios hemos podido ver dónde pretendían transportarle. Lamentable. Le sacrificaron en su casa y lo llevaron a un crematorio de animales de Paracuellos con alevosía y nocturnidad, un crematorio normal y corriente sin ningún tipo de medidas de bioseguridad o algo por el estilo ¡con lo peligroso que era! Sólo espero que lo hicieran como es debido y EXCALIBUR no haya sufrido. Sobre todo porque le han dado una muerte muy cruel, estaba solo en su casa, entraron unos desconocidos embutidos en trajes, le sedaron y le mataron. No pudo tener un último abrazo de sus papas, unas palabras de cariño. Yo, Patricia, espero que las personas que tomaron esa decisión sientan lo mismo al final de sus vidas.

EXCALIBUR, donde estés seguro que me puedes oír. Que sepas que muchísima gente se ha partido la cara (y el brazo, la cabeza…) por ti en la puerta de tu casa y que luego, han ido a manifestarse a la Plaza Carlos Trías Bertrán en Madrid ya que allí está el Servicio Madrileño de Salud. Hemos estado allí gritando tu nombre y pidiendo justicia para ti aunque ya no puede haber justicia pues han sesgado tu vida.

Termino este artículo con un nudo en el estómago, con pena y rabia a partes iguales. Llevo todo el día pensando en el fatal desenlace y, ahora que ha tenido lugar, lo que quiero es que no se olvide a EXCALIBUR. Quiero que los responsables paguen por lo menos con su dimisión aunque para mí eso se queda corto pues han terminado con la vida de un ser inocente al que no se le ha dado ni una oportunidad de ver si estaba sano. Dejo una reflexión final y puede que algo demagoga pero hoy me lo voy a permitir: traer a cada uno de los misioneros ha costado un millón de euros (tratamientos aparte), ¿cuánto costaba un análisis de sangre?

Patricia Vadillo