Hoy inauguramos la nueva sección de Consejos del blog de ALBA y lo hemos querido hacer con uno de los temas más importantes en estas fechas: los golpes de calor. Estos son muy peligrosos para nuestros animales. Por eso, es importante evitar situaciones de riesgo y conocer los síntomas para acudir al veterinario en caso de que suceda. En este post encontrarás las claves para mantener seguro a tu mejor amig@.
Llega el verano y no somos los únicos que lo pasamos mal con el calor aplastante de estos días. De hecho, nuestras mascotas lo pasan peor que nosotros pues no pueden poner el aire acondicionado a su antojo ni abrir las ventanillas del coche. Somos nosotros los que tenemos que preocuparnos por su bienestar y por ello, en estos meses hay que estar especialmente pendientes de las altas temperaturas. Todos los consejos son pocos pues cada año, por desgracia mueren muchas mascotas por este motivo y es algo casi siempre evitable.
El golpe de calor, también conocido como hipertermia, consiste en una elevación aguda de la temperatura corporal hasta tal punto que se producen daños debido al mal funcionamiento de los procesos fisiológicos. El cuerpo no es capaz de reducir la temperatura corporal y se producen daños temporales, irreversibles o incluso la muerte. De qué tipo sean dependerá de muchos factores como qué animal es, su edad, su estado físico o la razón por la que se ha producido. Algunos de ellos son hemorragias gastrointestinales, insuficiencia renal o hepática, edema cerebral o fallo multiorgánico.
Los perros y los gatos son mucho más sensibles al calor que las personas. Si el calor es muy extremo, como sucede si les dejamos dentro de un coche al sol, pueden fallecer en menos de 10 minutos. Los mamíferos tienen mecanismos autorreguladores de la temperatura interna pero en algunos casos no es suficiente. En el caso de los perros, su temperatura normal ronda los 39º, a partir de aquí las consecuencias dependerán de cuánto y cómo suba.
Los perros no tienen un sistema de transpiración como el nuestro y no tienen poros por todo su cuerpo para evaporar líquidos. Eliminan el exceso de calor mediante el jadeo, por las zonas que tienen menos pelaje (como la tripa) y sudando por las almohadillas.
Con todo esto, os podréis imaginar que lo mejor es prevenir y estar atentos a aspectos como las altas temperaturas, los espacios muy caldeados, reducidos y/o mal ventilados, la humedad (si es muy alta les es más difícil respirar), los suelos que se calientan mucho o si no tiene acceso a sombra o agua. En cuanto a los factores que tienen que ver directamente con el animal, hay que tener en cuenta que son más propensos a tener golpes de calor los más mayores, los enfermos, los obesos, los que son más oscuros (absorben más el calor) o los que tienen el morro chato pues tienen más dificultades para respirar.
Nuestras mascotas no pueden decirnos que están al borde de una lipotimia aunque podemos observar algunos indicios y es que hay determinados síntomas que deben ponernos en alerta inmediatamente. Lo primero es la astenia o decaimiento, un cambio de comportamiento en nuestra mascota casi siempre es signo de que algo anda mal. También puede tener temblores, cianosis, respiración rápida o dificultosa, alteración del color de las mucosas (se ve especialmente bien en las encías) o alteración en la salivación.
Llegado el caso en que nuestra mascota sufra un golpe de calor hay que acudir al veterinario pero por el camino, podemos empezar a aplicarle los primeros auxilios. Es muy importante que la temperatura le baje poco a poco y que el animal se rehidrate también lentamente. Debemos empezar por humedecerlo con agua del tiempo (no muy fría) o con un pulverizador pero NUNCA cubrirlo con toallas húmedas pues no le dejaremos expulsar el calor (se produciría un efecto invernadero). Podemos poner cubitos de hielo en la trufa, las ingles y las axilas y humedecer también la boca pero sin dejar que beba mucho o muy rápido. Si no podemos ir al veterinario, le llevaremos a una estancia fresca y, en casos extremos, le sumergiremos en agua del tiempo. Una vez recupere la respiración, podemos tumbarlo sobre una toalla húmeda y SIEMPRE debemos llevarle a un veterinario para que evalúe lo sucedido.
No nos cansamos de repetirlo, la precaución salva vidas. Por ello, hay cosas a tener en cuenta para evitar un buen susto. Por ejemplo, debemos evitar actividades al aire libre cuando haga mucho calor como correr o jugar con el animal. Otra de las cosas a tener en cuenta es dónde y cómo dejamos a nuestra mascota. Si se queda en casa, tenemos que dejarle con agua fresca suficiente y en un sitio con ventilación para que la temperatura no aumente y le dé un golpe de calor. No se debe dejar al animal en la terraza pues dentro de casa están más aislados de las altas temperaturas. Además, el sol se va moviendo y puede que por la mañana le dejáramos a la sombra pero que a las 12 de la mañana un sol de justicia caiga sobre él.
Pero lo más importante es no dejarle NUNCA DENTRO DE UN VEHÍCULO APARCADO ya que puede convertirse en un horno que acabe con su vida. Aunque dejemos las ventanillas abiertas, la temperatura en el interior sube como la espuma y en menos de 10 minutos, el interior de un coche puede estar a 39º y a 49º en media hora. Son muchos los casos de animales que mueren así y es algo increíble por absurdo. Por eso tampoco es recomendable meterlos en las bodegas de los barcos ya que no tienen la ventilación adecuada.
Patricia Vadillo
Muchísimas gracias, familia, por la información. Ahora ya se por qué Willow anda a ratos decaidillo. Fácil solución. Repito, muchas gracias.
Hola Ángel.
Es normal que en verano nuestras mascotas estén más decaídas pero siempre recomendamos que ante cambios de comportamiento se acuda al veterinario. Si ves que es por el calor, trata de aliviarle dejándole al fresquito y siempre con agua abundante. Si ves que no remonta o le notas raro ve al veterinario.
Me alegra que te haya servido.
Un beso 🙂
No es para alarmarse, Patricia, solo está decaído a ciertas horas, pero por las noches está como siempre, juguetón hasta el punto de que llega a agotarme. De todas maneras, ya dejo un ventilador en marcha si salgo para que se refugie si quiere, aunque se coloca siempre en el sitio más fresco de la casa que es un 1º piso con otros cinco encima y algunas habitaciones están apartadas de la calle. Está bien. Muchas gracias.